Una romántica
pedida de mano
Un atardecer de un domingo de agosto…Las nubes dicen que va a llover y él, nervioso, quiere que todo salga perfecto, pero esas nubes…Esas nubes dejaron espacio a que el amor se manifestara en ese lugar con tanto encanto, entre la naturaleza y el murmullo del río y donde tuvo lugar una romántica pedida de mano.
Para un amor tan mágico, dulce y tierno, hacía falta un espacio romántico y delicado.