Una boda de destino en Granada: un viaje entre culturas, poesía e historia

Dice la tarde: «¡Tengo sed de sombra!»
Dice la luna: «¡Yo, sed de luceros!»
La fuente cristalina pide labios
y suspira el viento.

Los versos de Federico García Lorca inundan la Casa Grande de Zujaira, un histórico edificio en un pequeño pueblo de la vega granadina.

Historia, poesía y arte, rodean este lugar romántico que fue el escenario elegido por J&J para su boda de destino en Granada. Ella de orígenes españoles y mexicanos, y él de origen cubano celebraron su amor en este lugar mágico.

La novia con un vestido típico de México, bordado a mano, completaba su look con una espectacular diadema.

Él con un traje en tonos claros, parecía haber salido de una de esas calles de la Habana vieja.

Y aquí, en un pequeño pueblo de la provincia de Granada, en un día loco de septiembre, sellaron su amor frente a familiares y amigos.

Un día loco, si…Porque de repente el sol quiso dejar paso a la lluvia, justo unos momentos antes de empezar la ceremonia. Pero esto no impidió que este día se celebrara a lo grande.

Y con un poco de paciencia, esperamos a que el sol, de nuevo, se asomara entre las nubes permitiendo celebrar una ceremonia muy emotiva en los románticos jardines de la Casa.

Alejandra Romero Floral Studio decoró con abundantes flores las escaleras que llevaban al altar. Mientras que el patio fue la zona elegida para la cena, donde largas mesas fueron decoradas con flores en tonos granate, rosa palo y blanco roto, alternándose con frutas y velas que crearon un ambiente cálido y romántico.

La tarta, como todo el servicio de catering fueron a cargo de Velvet Marbella catering, que preparó para la ocasión una naked cake decorada con flores naturales por la florista Alejandra Romero.

Palabras emotivas, bailes y risas resonaron en ese lugar que tantas historias podría contarnos, pero que ahora puede añadir una historia de amor más a su largo repertorio.

Sin duda fue una boda muy especial, por el lugar, por el ambiente que cada profesional creó gracias a su trabajo impecable, por los invitados…Pero sobre todo fue tan especial por la complicidad de los novios, que compartieron sus miradas, sus sonrisas y su amor, entre ellos y también con los demás…

Ellos dos, crearon la magia.